Jane Porter es una autora superventas norteamericana que ha publicado 48
novelas (incluyendo seis para Grand Central Publishing). Ha sido finalista del
prestigioso Premio RITA Romance Writers of America en 2002, 2003, 2008 y 2010,
del que ha sido ganadora en 2014 con la novela corta "Take Me,
Cowboy".
En 2006 publicó "Ligando a los cuarenta", que fue
seleccionada por Redbook como "lectura de verano al rojo vivo", y en
seis semanas agotó siete ediciones. En diciembre de 2008 se rodó una película
basada en el libro cuyos protagonistas fueron Heather Locklear y Robert
Buckley.
Los libros de Jane se han traducido a 20 idiomas y se venden en 25
países.
Hasta la fecha se han traducido al español, además de "Ligando a
los cuarenta", las novelas de las series "Bianca",
"Minibianca", "Italianos", "Jeques" y
"Libros de Autor", publicados con Harlequin.
- Jane tiene más de 12 millones de libros impresos en veinte idiomas y en 25 países (hasta enero de 2014)
- Antes de ser escritora era profesora de inglés
- Jane tiene un máster en Escritura
- Ha sido 4 veces finalista del Premio RITA: 2003, 2004, 2008 y 2010;
- En 2014 ha sido galardonada con el prestigioso Premio RITA Romance Writers of America a la mejor novela corta por "Take Me, Cowboy"
- Para leer toda la biografía de Jane Porter, entra en: http://www.janeporter.com/meet.php
PREMIOS
- 4 veces finalista de los premios RITA Romance Writers of America (en 2003, 2004, 2008 y 2010)
- Ganadora del Premio RITA 2014 a la mejor novela corta por "Take Me, Cowboy"
¿Cuándo y por qué decidiste convertirte en escritora?
Supe que quería ser escritora desde jovencita. Mi
padre también era escritor y profesor universitario. Influyó mucho en mi vida y
siempre me animó a soñar en grande. Aprendí a contar y escribir historias a una edad muy
temprana.
¿Cuántos libros has escrito?
¡Hasta ahora he publicado más de 49 libros, y tengo
unos cuantos más a punto de publicar para dentro de poco!
Has aparecido en las listas de los más vendidos de USA Today y del New York Times. ¿Cuándo apareciste en ellas por primera vez y en cuántas ocasiones lo has conseguido?
Aparecí en ambas listas precisamente el año pasado,
durante el verano.
¿Qué es lo que hay que tener para escribir una novela?
El germen de una idea es el principio de todo, y luego
se filtra hasta que tengo un buen mapa en la cabeza de dónde, qué, quién y
cuándo. Entonces me siento y empiezo a jugar con las palabras.
¿Cuánto sueles tardar en escribir una novela?
En realidad, eso depende de la historia. Algunas son
muy fáciles de escribir y las palabras fluyen tan rápidamente que puedo empezar
y terminar una historia en solo 3 o cuatro semanas. En otras resulta más
difícil avanzar, con problemas de fechas límite y personajes que tienes que
resolver, y entonces puedo tardar 2 o 3 meses en darle forma a la historia.
Cuando te pones a trabajar en una novela, ¿necesitas tener una trama organizada o vas escribiendo sobre la marcha?
Necesito una idea de partida y un final. Me parece que
si me trazo una trama demasiado rígida me acorralo en una esquina, pero si
empiezo con un esqueleto pelado, es más fácil crear el flujo de la historia,
porque los personajes disponen de mucho espacio para crecer libremente.
Cuando escribes, ¿crees que leer a autores del mismo género es positivo o negativo para tu trabajo?
Creo que depende de lo que uno prefiera. Hay
escritores que necesitan leer mientras intentan escribir su propia historia,
mientras que otros se abstienen de leer obras de su mismo género.
Personalmente, yo tiendo a no leer ningún tipo de obras de ficción mientras
escribo. Lo único que leo cuando estoy escribiendo algo son cosas para
investigar. Mi mente es tan inquieta y está tan llena de mis personajes y de
sus historias, que no tengo la tranquilidad necesaria para disfrutar de un buen
libro de otro autor. Por lo general, tiendo a darme atracones de leer durante
días una vez que he terminado de escribir mi libro.
¿Cómo te sientes una vez que has escrito la palabra “Fin” en un libro?
Aliviada, emocionada, libre, cansada, con ganas de
alejarme del escritorio y de pasar un poco de tiempo con mi familia.
Actualmente se venden mucho las novelas centradas en Erótica, BDSM y Swing. ¿Te atreverías a explorar este género? Y en caso afirmativo, ¿qué tema elegirías?
Uhm… La verdad es que no he pensado en escribir nada
de estos géneros. Ya pongo una buena dosis de sensualidad y ardor en los libros
que escribo para Harlequin Presents, que ahora
me parece bien y estoy contenta con eso. No diría que no a la erótica
con una gran dosis de profundidad emocional, pero tampoco siento gran necesidad
de escribir nada de eso en estos momentos.
¿Crees que la novela romántica está considerada como un género menos importante que otros? ¿O tiene más lectores ocultos de los que la gente se imagina?
¡Sí! La romántica es uno de los géneros más
importantes de la industria editorial. De hecho, las estadísticas nos
demuestran que la romántica es el género más rentable del sector y que les hace
morder el polvo a otros géneros como la
novela de misterio, la ciencia ficción e incluso la ficción convencional. Y sí,
hay muchos lectores que leen romántica, y muchos de ellos ni siquiera se dan
cuenta. Todos somos humanos y a todos nos gustan los finales felices en las
historias que leemos. Además, con el aumento de popularidad de los libros
electrónicos, ahora los lectores lo tienen más fácil que nunca para leer
romántica. Creo que antes a muchos lectores les preocupaba lo que pensaban los
demás si les veían leyendo una novela con una portada sexy, pero los libros
electrónicos han hecho que todo esto cambie, y la gente está dejando de
esconderse y lee el tipo de libros que realmente le gusta.
Tu novela más vendida, ‘Ligando a los cuarenta’ (de la que hicimos una reseña en nuestro blog), es autobiográfica. ¿Por qué decidiste contarles tu historia a tus lectores?
‘Ligando
a los cuarenta’ es una historia sobre el empoderamiento de las mujeres. La
escribí mientras pasaba por unos momentos muy difíciles de mi vida, y era casi
catártico poner sobre el papel tantas palabras que se arremolinaban dentro de
mí.
Creo que las mujeres tienen que ser tan buenas consigo
mismas como lo son con sus hijos y con sus maridos. Cuando nuestra pareja ha
tenido un mal día intentamos hacer algo especial por él, mimándole de alguna
forma, preparándole su comida favorita, diciéndole una palabra amable,
organizando algo divertido o simplemente con un abrazo o un masaje en la
espalda. Pero las mujeres no hacemos eso
por nosotras. Al cabo de un tiempo ni siquiera sabemos qué es lo que nos hace
sentir bien. Nos olvidamos de cómo estar bien, con lo ocupadas que estamos intentando asegurarnos de que las personas
cercanas a nosotras no se sienten mal. Pero es importante que nos tomemos
nuestro tiempo y averigüemos qué es lo que necesitamos e intentemos colmar esas
necesidades para sentirnos dinámicas y satisfechas.
Escribir
esta novela me hizo darme cuenta de que echaba de menos a la antigua Jane, a la
que se sentía muy optimista y llena de
esperanza, la que pensaba que en la vida podían pasarle grandes cosas, cosas
maravillosas. Y me entristeció ver que estaba tan desilusionada y pensé que, si yo me sentía así, tenía que haber
otras que también se sintieran así. Yo no podía ser la única mujer que trabajaba
tan duramente y sin embargo se sentía tan insensible, y eso se convirtió para
mí en un punto de inflexión. ¿Tenemos derecho a ser felices como mujeres
adultas? ¿Qué tenemos que hacer para ser felices? ¿Es posible, una vez que nos
hemos convertido en esposas y madres? Solo el ser capaz de hacerme – y
responderme – esas preguntas me cambió a mí misma y mis actitudes, haciendo que
me sintiera más poderosa, en lugar de pasiva e indefensa.
En apenas seis semanas ‘Ligando a los cuarenta’ agotó siete ediciones. ¡Guau! Debió ser abrumador. Cuéntanoslo.
Sí que lo fue. Fue una sensación increíble, porque en
esa historia yo había compartido muchos pensamientos íntimos, mi yo privado, y
ver que había tantas mujeres que la hacían suya y se sentían identificadas con
ella fue algo surreal. Incluso ahora, al cabo de los años, sigo sintiéndome
agradecida a todas y cada una de las lectoras que me escriben personalmente
para decirme el impacto que esa historia tuvo en sus vidas. Es un logro muy
bonito y una sensación tremenda.
¿Cómo te sentiste cuando se convirtió en una película para la televisión?
¡Eufórica! ¡Fue como un sueño hecho realidad!
Ganaste el prestigioso Premio RITA 2014 con tu novela corta ‘Take Me, Cowboy’. ¿Qué sentiste al oír tu nombre?
¡Otro sueño hecho realidad! Había estado muy cerca, me
habían nominado unas cuantas veces a los RITA, así que, aunque estaba muy
emocionada porque me habían vuelto a nominar, fue una gran emoción y una gran
sorpresa oír que anunciaban mi nombre. Les estoy muy agradecida a todos mis
lectores por haberle brindado una acogida tan buena a mi libro, porque hicieron
posible que yo ganara.
¿Es difícil compaginar ser madre y escritora?
Sí, por el tiempo, y no, por las recompensas. Es una
lucha continua, porque la misma parte de mí que quiere ser una buena madre
también quiere ser una gran escritora. Resulta difícil a veces, cuando mis dos
partes necesitan mi atención y el día solo tiene veinticuatro horas, pero
trabajar no es una sentencia de muerte, es un don y un reto. Eso es parte de la magia que me ayuda a ser una
escritora y me empuja a intentar ser una buena madre. Y cada lado también tiene
grandes recompensas: un correo electrónico maravilloso de un lector al que le
encantó mi novela, o un fuerte abrazo y un mimo de mis hijos, a los que les
encanta tenerme cerca, participando en su vida diaria. La escasez de tiempo
libre hace que resulte aún más dulce, y el sentido del humor ayuda a lograr
hacerlo todo.
Y por último, ¿qué les dirías a los escritores que empiezan a abrirse paso en este mundo?
Que
no se rindan, que no acepten la derrota. Que sigan escribiendo y que sigan
aprendiendo el oficio. Que lo apliquen a lo que estén escribiendo. Escribir es un
músculo, y cuanto más lo uses mejor trabaja.
Se necesita tiempo para aprender a escribir bien, así que no te
desanimes fácilmente. Escribir no es para los de corazón débil. Hay que tener
paciencia y perseverancia y, a veces, una piel muy resistente, pero si
aguantas, algún día tus sueños se harán realidad. Todo es posible si seguimos
intentándolo.