Adrian Blake es el seudónimo tras el cuál escribe un hombre de treinta y seis años que debe mantenerse en el anonimato por cuestiones de trabajo.
Ávido lector de cualquier género, jamás se había planteado dedicarse a escribir, pero el destino quiso que en poco más de dos meses tuviese listo su primer relato y en su mente se formase la idea de Placeres Prohibidos, una tetralogía del género romántico y erótico.
Tras menos de un mes en la palestra, Adrian se ha hecho con un considerable grupo de seguidoras, que crece día a día, y las ventas de su primera novela, Deseo, se han disparado.
Enlaces de Venta: Amazon Casa del Libro
Ávido lector de cualquier género, jamás se había planteado dedicarse a escribir, pero el destino quiso que en poco más de dos meses tuviese listo su primer relato y en su mente se formase la idea de Placeres Prohibidos, una tetralogía del género romántico y erótico.
Tras menos de un mes en la palestra, Adrian se ha hecho con un considerable grupo de seguidoras, que crece día a día, y las ventas de su primera novela, Deseo, se han disparado.
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¿Quién es Adrian Blake y cómo surge el ser escritor?
Adrian es un tío normal, que va paso a paso en su carrera de escritor, una carrera que ha surgido por sorpresa y que no sabía que le llenaría de ésta manera. En apenas un mes me he visto con seguidoras fieles que me apoyan incondicionalmente, y sinceramente no me lo esperaba.
El ser escritor surge gracias a mi amiga Brianne Miller, que es un auténtico coñazo cuando quiere. A raíz de leer a Malenka Ramos, una de las autoras de erótica más cruda que he leído, comencé a escribir pequeños relatos en hojas sueltas que tenía por el escritorio. Y la muy bruja los leyó sin mi permiso.
Por lo visto eran muy buenos, porque no paró de insistir hasta que comencé con Deseo. Se lo mandó a su correctora y le encantó, así nació Adrian.
El ser escritor surge gracias a mi amiga Brianne Miller, que es un auténtico coñazo cuando quiere. A raíz de leer a Malenka Ramos, una de las autoras de erótica más cruda que he leído, comencé a escribir pequeños relatos en hojas sueltas que tenía por el escritorio. Y la muy bruja los leyó sin mi permiso.
Por lo visto eran muy buenos, porque no paró de insistir hasta que comencé con Deseo. Se lo mandó a su correctora y le encantó, así nació Adrian.
¿Cuántos libros has escrito?
Ninguno en realidad. Comencé a escribir Placeres prohibidos, que iba a ser una novela con sus páginas correspondientes, pero cuando hice el perfil de Adrian y las seguidoras se sumaban en masa, pensé en hacerlo varias partes para no hacerlas esperar mucho. Así nació deseo, que la verdad es que está teniendo bastante más éxito del que me esperaba. Y en septiembre saldrá a la venta Persuasión, la segunda parte. Lo que no sé es si hacer trilogía o tetralogía... eso aún está por ver.
¿Te encasillas en un género literario o navegas por varios de ellos?
Por el momento me encasillo en el género erótico, más que nada porque ni siquiera me he planteado escribir otra cosa. Con el tiempo te diré si soy capaz de escribir algo diferente, pero por ahora estoy muy ocupado aprendiendo erótica.
¿Crees que la literatura romántica está peor valorada que otros géneros?
Creo que a pesar del boom que hay hoy día en este género, lo que no es demasiado valorado somos los hombres que escribimos romántica. No sé por qué se ha encasillado este género para ser escrito exclusivamente por mujeres, no tiene por qué ser así.
¿Si te preguntase por una razón para empezar a leer tu obra, ¿qué me dirías?
Mis diablillas te dirían que porque soy genial (ríe), pero yo te digo que la leas porque resulta interesante ver la otra parte de la historia, la visión del hombre contada por uno. Las mujeres se fijan en una serie de detalles que para nosotros pasan desapercibidos, y viceversa.
¿Cómo y cuándo decides que una idea en tu cabeza se corresponde a una novela?
Me costó... me costó bastante hacerme la idea principal en la cabeza. Pero una vez la semilla arraigó (he de decir que lo hizo a las cuatro de la madrugada) el resto de la historia surgió con facilidad. A menos las ideas principales, desarrollarla es otra historia.
¿Qué tan difícil es para ti poder escribir una historia después de la idea inicial?
Bueno... es difícil. Necesito repasarlo una y otra vez y en cada una de ellas voy añadiendo algo. Después se lo paso a Brianne y a mi lectora 0 y tengo muy en cuenta sus consejos... y por último a mi correctora, que también me dice lo que le parece que debo cambiar.
¿Qué sentiste al poner la palabra “Fin” en tu primera obra?
Sentí miedo. Miedo por no estar a la altura, por decepcionar a Brianne y a mis seguidoras, porque no se vendiese, y por no ser capaz de seguir. Pero todo ha ido bien, y la continuación ya está casi lista, así que también podré hacerlo esta vez.
Tras el boom comercial de 50 sombras de Grey, la novela va a ser llevada al cine. ¿Sueñas con ver alguna vez un libro tuyo en la gran pantalla?
Ni de coña... creo que aún me queda recorrer un camino muy largo para poder llegar a imaginar que una novela escrita por mí sea llevada al cine. Por ahora me conformo con que guste lo que escribo, que no es poco.
¿En qué te inspiraste para crear tus personajes?
Derek es un poco como yo, aunque hay detalles inventados, y Gabrielle es una mezcla entre Brianne y mi chica, que por esos entonces aún era mi amiga. Supongo que todo autor se fija en la gente de alrededor para crear a sus personajes.
¿Alguno de ellos tiene algo de ti o te reflejas en alguno de ellos?
La personalidad de Derek coincide con la mía: decidido, serio, perseverante... aunque yo no tengo traumas ni demonios que me dominen, claro. Debía darle un punto dramático, y decidí ese.
Danos un pequeño adelanto de “Persuasión”, la segunda parte de tu obra
Tras las veinticuatro horas con Gabrielle, Derek se da cuenta de que no puede vivir sin ella. Cambia para ser digno de tenerla... pero quizás ella ha cambiado de opinión. Un detalle interesante es que aparecerá en escena Evan, el mejor amigo de Derek, y va a dar mucho de qué hablar.
¿Cuando podremos disfrutarla?
Espero que el 10 de septiembre, si no hay contratiempos. Aunque he estado de vacaciones aproveché cada oportunidad que pude para plasmar mis ideas, y ya solo queda el tirón final.